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Liane Collot d´Herbois Recuerdos
*17.12.1907 Camelford, cerca de Tintagel E. en una noche tormentosa. †17.09.1999 Un viernes en Driebergen, Holanda. Ella se despidió con un inmenso arco iris doble en el cielo.

¿Quién era esa individualidad magna y al mismo tiempo tan modesta, que nos dejó cerca de 1.700 obras de pintura, verdaderos hitos espirituales?

. pinturas al fresco, como el “monumento” de Ita Wegman en La Motta o en Hiscia, . secos sobre madera, como muchos retablos para la Comunidad de Cristianos, . pinturas a tiza de pastel y . acuarelas grandes en la técnica de velos con 40-80 camadas de color, en la mayoría pintadas con colores de plantas preparados por ella misma.

Sus pinturas se distribuyeron por todas partes del mundo, menos China y los países árabes. En los países de habla germana, Liane Collot no era tan conocida como en los anglo-americanos, donde ella era caracterizada ya en 1938 (“The Golden Blade” de la Comunidad de Cristianos por John Fletcher) de la forma siguiente: De todas las artistas influenciadas por el impulso de arte de Rudolf Steiner, Liane Collot d´Herbois es probablemente la más conocida e inmediatamente apreciada¿Por qué este aprecio tan diferente? ¡Qué enigmático!

¿Tal vez una mirada sobre su biografía nos explica algo?

Ella misma debió aclarar lo más posible sobre este asunto. Cuestionada sobre el contraste arriba mencionado respondió como de costumbre, con una pintura. (“motiv, Agosto 1998 en la entrevista con Jelle v.d Meulen).

Liane halaba en su lengua materna, un inglés muy lindo y pintoresco (además dominaba el alemán, francés y holandés con un encantador acento inglés) acompañado por ademanes finos y expresivos de sus manos. “See, darling a picture (mire, querida una pintura)…los pueblos diferentes perciben en forma totalmente distinta, por ejemplo, un inglés percibe en primer lugar las estrellas, el sol, la luna y va bajando a través de la atmósfera hacia la tierra –despacito- hacia los continentes, ciudades, su propia aldea, esto ya es muy cerca. El alemán empieza con su propia aldea, su país natal, o sea desde del lugar donde él se encuentra; mira al mundo desde si punto de vista. Tiene una relación íntima con su propio ego; el inglés, en cambio, desea revalorizar su ego, porque el alma le parece demasiada subjetiva. Los británicos tienen una predilección por la observación del mundo (worldobervation), parten de la periferia mientras que los alemanes, al contrario, de su propio corazón. Aquí soy una inglesa y trato conscientemente de mi trabajo en ningún caso sea una expresión de mi alma, pero sí que sea siempre objetivo. Tenía que constatar que los alemanes muchas veces consideraban mi trabajo como demasiado frío, demasiado espiritual. La técnica aplicada por mí de muchos, muchos velos, uno encima del otro, de velos finos de colores de acuarelas, es una inspiración inglesa-atmosférica.” Además, añadió que la maestría en la percepción pura le posibilitó incorporar profundidad de alma en el medio del arte de pintar, así que sus obras respiran. De esta manera alcanzó s saber profundo, su técnica de pintar y la presentación perfeccionada por ella de la perspectiva del color o espectral en vez de la perspectiva lineal.

Los colores son perceptibles para nuestro ojo físico solamente como “consecuencia” del encuentro entre la luz invisible y la oscuridad invisible. Para poder representarlos en su verdad objetiva de forma correcta el requisito indispensable es una percepción pura de su apariencia en la atmósfera y un pensar lógico. Así es como el hombre es capaz de elevarse sobre la simpatía y la antipatía, siendo en la claridad de su plena conciencia diurna.

Durante toda su vida Liane trabajó sobre estas facultades. “Nacida como pintora”, como ella misma lo decía, nació y creció sobre todo en Cornwall cerca de Tintagel. Como hija de una madre escocesa y de un padre francés-español, desde el inicio estaba “condenada” a la soledad, a no tener amigos, ya que en aquel tiempo se huía de los mestizos.

Por aquella época su abuela era la persona con la que mantenía la relación más íntima. Durante su infancia muchas veces hacía largas caminatas, así la naturaleza especial de su paisaje, sobre el que ya Rudolf Steiner había llamado la atención, ejerció tempranamente sus efectos sobre ella y la hizo ser uno con los colores y seres de esta atmósfera única.

Su alma de pintora pudo desarrollarse y aprender a captar sublimidad del mundo adyacente. Intentaba pintar los hombres, casa y otras cosas que veía en sus caminatas con pinceles de construcción casera, con palos de fósforos.

Relativamente tarde ocurrió su primera experiencia del yo: …”Un día en que mi abuela me pidió que buscara manteca de la granja cercana tuve que cruzar una turbera helada, cubierta con cristales de hielo. Hasta este momento no había tenido ninguna experiencia de la separación del interior y del exterior, quiero decir del mundo exterior frente a mí. Mientras regresaba se escuchó un impetuoso trueno a pesar de que el cielo estaba claro. Me asusté tanto que dejé caer la manteca y pronuncié “yo”. Algo terrible había pasado, más allá de la manteca dañada que con certeza iba a provocar improperios, algo que no quería se había liberado, fui expulsada de mi mundo, había perdido algo esencial. Más tarde pintaba para recuperar lo que había perdido. Me quedó un sentimiento de soledad y vacío como una pesadez en mi pecho del que me quería liberar.”

Se dice que era una chica bastante colérica. Una vez hasta quiso atacar a un chico vecino con un palo de una cuerda para tender ropa, cuando éste la amenazó en broma con matar a su ovejita. Siendo muy joven se hizo budista y tan buena que sus padres pensaban que era enferma. También por esa época había leído a Platón.

Al comienzo de la primera guerra mundial la familia se ausentó de Europa para instalarse en Australia. Hicieron un viaje en buque alrededor de África, que a ella le apareció bañada en magenta, impresión que la acompañó hasta edad muy avanzada. Luego madre e hija volvieron a Inglaterra. Ya a la edad de 11 años Liane vendía dibujos.

Para aprender nuevas técnicas frecuentó la Academia de Artes en Birmingham, la misma escuela de arte en la que más tarde estudió también Gerard Wagner. Alrededor de los 20 años recibió el título, diploma de aptitud para la enseñanza, y una beca para el British Museum of London. En aquel tiempo realizó obras por encargo como, por ejemplo, el bosquejo para el conocido ángel con alas de Rolls Royces.

Siguiendo una voz interior que la estimuló a trabajar con niños difíciles o discapacitados descubrió su talento para establecer diagnósticos terapéuticos en base a los dibujos de estos niños. A pesar de su juventud estaba muy segura de lo que hacía y era una valiosa ayuda para muchos maestros. Esto la llevó a disertar en la universidad.

En ese mismo ámbito un día dio una conferencia sobre Budismo y tuvo la oportunidad de entablar una conversación con un sacerdote de la Comunidad de Cristianos. “En aquel tiempo pensaba que el budismo era lo mismo que la antroposofía, pero luego comprendió que además con ésta se podía hacer algo en el mundo.” El sacerdote llamó su atención sobre la escuela especial Sunfield y a partir de entonces trabajó en ella durante siete años. Allí se produjo el encuentro de más importancia en su vida: el encuentro con la doctora Ita Wegmann, que después de quedarse mucho tiempo frente a sus pinturas, le pidió que, como artista plástica la acompañase a Arlesheim, para dar a luz la terapia por el arte.

La doctora Wegmann reconoció su valioso talento y en una carta que sobrevivió a la segunda guerra mundial, le decía: “Pinte, pinte, pinte”…

En los años ochenta Liane dijo que la doctora Ita Wegmann le había comentado que su pintura era como el doctor Steiner quería que fuera la pintura. El mismo no era pintor, le hubieran faltado unos treinta años más para lograrlo. Los pintores a los que Steiner quiso transmitir su idea no lo entendieron y sólo Liane lo consiguió con la guía de Ita Wegmann. Le encargaron pintar cuadros para enfermos y Liane expresó: “No retiré ninguno de mi caballete antes de que la doctora Wegmann lo hubiera visto.” Refiriéndose a su colaboración dijo: “Ita Wegmann me hizo entender que la cosa más importante que un artista podía hacer no era expresarse a sí mismo sino trabajar para otros. Ella me preguntó si podía pintar de una forma que condujera a sanar. Así pinté cuadros en la casa Cristóphoro en Ascona que los enfermos podían mirar en sus ambientes. Antes de mostrar un cuadro a alguna persona lo llevaba a la doctora Wegmann para preguntarle si esto era lo que ella quería y si yo había interpretado su intención de forma correcta. Los cuadros aún están allí.”

Tampoco firmaba sus cuadros a menos que el cliente insistiera: “Los cuadros no me perteneces pero tengo que asumir la responsabilidad de ellos frente al mundo espiritual.”

Una cosa la hizo sentir incómoda: “Mucha gente me considera como un médium, que puede ver cosas que otros no son capaces de ver. No es así, de ningún modo. Yo soy un ser humano como todo el mundo. Yo percibo con los mismos sentidos como los demás. Más tarde hasta en el Goetheanum me consideraban como médium, pero no es así.

Conscientemente me ejercité en la percepción tan clara y pura como es posible por ojos humanos. Aún estudiando en la escuela de arte quería percibir más que por lo ojos humanos. Dejé actuar la percepción sobre mí, la lleve al sueño durante una noche y al día siguiente lo pinté de memoria, de mi interior”.

El recuerdo renació de otra forma en su conciencia. Algo había pasado con esto. Pasando por la memoria se puede llegar a lo esencial de la percepción. Renace una percepción metamorfoseada de una forma más profundizada. Lo esencial se basa en el efecto recíproco del mundo de la luz y de la oscuridad. Sólo si algo es iluminado, lo percibimos con nuestros sentidos físicos. Si desvanece esta percepción en nuestra memoria, entonces entra en el mundo de la oscuridad. En el mundo de la luz actúan la verdad, el entendimiento y la imaginación. Las leyes y procesos de la oscuridad son totalmente opuestos. Acá actúan el amor, la esperanza, la voluntad.”

Así Liane conducía a sus alumnos al mundo creador original de las fuerzas espirituales invisibles de luz y oscuridad, como actúan afuera del hombre y dentro de él. Los colores en movimiento, así como los seres cósmicos de los colores en la atmósfera empiezan a moverse por el impulso de la oscuridad, atraídos y formados por las fuerzas de la luz. El guión en todas sus obras es hacer visible la acción de estas fuerzas creadoras originales a través del mundo de los colores junto con la antroposofía. Después de estudiar intensivamente durante 7 años “La filosofía de la libertad” de R. Steiner dijo con modestia: “Lo logré. Sin la antroposofía yo no sería nada como pintora.” La introducción de su libro “Luz, oscuridad y color en la terapia” es una prueba de su profunda convicción de esta idea básica.

Por consejo de la doctora Ita Wegmann se mudó a Holanda después de la guerra para buscar almas jóvenes. Con la pintora y escultora Francién de Davelaar viajó por Alemania, Inglaterra y Estados Unidos. Dictaron cursos, Liane sobre luz y oscuridad, F. Davelaar sobre las columnas del primer Goetheanum: un camino plástico de metamorfosis, partiendo de una columna hacia la otra.

En Holanda se formó un grupo de pintores llamado “Magenta” en relación con este color. Liane acompañó a este grupo durante 23 años en forma activa. Por su participación en estos cursos Francién compiló el libro de trabajo para pintores “Colour I y II”.

Durante mucho tiempo casi no entendieron a Liane. Como ejemplo sean mencionadas las observaciones de la doctora M.v. Deventer, que en ocasión de un pase le dijo: “Ahora sé por qué no la entendí a Ud. ¡El obstáculo era el círculo de colores de Goethe –tengo que tomar su enseñanza y entonces pensar en forma goethenística!” Se trata básicamente del verte, el verde claro esmeralda “the green flash”, la primera y última aparición de la luz, una percepción reconocida universalmente en las ciencias naturales y no del verde que puede surgir de la mezcla de amarillo y azul en la caja de los colores.”

Por causa de los malentendidos Liane y Francien tomaron la decisión de trabajar casi a escondidas. Finalmente el Dr. Paolo Walburgh-Schmidt en el año 1979 puso la pregunta libremente de Perceval… “¿Cuándo va a transformar su trabajo hacia la terapia?” Así a partir del año 1980 pudo volver a su pasión a medias madurada. Junto con médicos terapeutas y con la colaboración del Dr. Walburgh-Schmidt empezaron sobre la base del hombre trimembrado de transmitir este trabajo de investigación de toda una vida. “Es de importancia primordial que los hombres enfermos de hoy puedan recibir una terapia de arte en que no-solo los colores en sus aspectos de luz y oscuridad actúen como remedios para su alma sino que posibiliten la encarnación del espíritu creativo en la luz y oscuridad para que actúe también como fuerza sanadora.

Éste era para ella un deseo fundamental ya que había pasado demasiado tiempo desde del concilio de Constantinopolis dónde el espíritu creativo fue eliminado dejando al hombre occidental exclusivamente en lo anímico en su pasaje del siglo XX al siglo XXI. Ella lo podía observar muy de cerca en las centenas de pinturas de pacientes. Por esta causa acompañó y apoyó la iniciativa del doctor Paul Hutchison y su esposa Josiene que establecieron hace 11 años la fundación Esmerald para el perfeccionamiento de los terapeutas en sus trabajos sobre luz y oscuridad. De los trabajos de investigación que hizo durante 10 años surgieron las instrucciones e iniciativas de trabajo en luz, oscuridad y colores en la terapia de pintar.

Como Francien asumió todos los trabajos que exigían la vida cotidiana, esto posibilitó que Liane pudiera dedicarse totalmente a su trabajo. Esta colaboración tan fértil duró 33 años hasta la muerte de Francien en 1984, ocasión en que otra vez quedó sola y desprotegida frente al mundo exterior. Este fue un tiempo difícil. Muchas veces se sintió ofendida; debido por un lado a su confianza ilimitada en lo bueno del hombre y a la disminución de sus sentidos exteriores. Ella sufrió mucho por su sordera; los aparatos auditivos le provocaban dolor de cabeza y en su comunicación con los demás se producían malentendidos. Sin embargo sus visitantes casi no sedaban cuenta de estos impedimentos y se beneficiaron de sus sabiduría espiritual y su mete tan creativa.

Ella pintó exigiéndose a sí misma el mayor tiempo posible: “Si no vinieran tantos visitantes…” mencionó muchas veces en sus cartas escasas pero tan valiosas. No se conocía el arte de decir “NO”.

La lista de encargos parecía no reducirse nunca.

Liane pintó en una variedad interminable, jamás repitiéndose a sí misma: “La luz como la luz interior de la conciencia diurna, frente a la oscuridad en una infinidad de contrastes de colores. Esta etapa la hice accesible a los terapeutas.” “La luz colorida de la conciencia del corazón junto con las disonancias, inversiones (reflexiones y refracciones y las sombreas coloridas) y sobre todo los intervalos.” “En los años 80 en una nueva etapa donde surge de la voluntad purificada una luz tierna colorida que en la mitad de la imagen se encuentra con la luz colorida que viene de encima y se forma en una imagen, como una imagen del alma del hombre del futuro (conciencia imaginativa en el interior del hombre).”

Diez años más tarde aparece una vez más otra clase de luz, que quiere decir otro punto de vista frente a la luz, visto desde el espíritu, fuera del cuerpo o desencarnado como si los difuntos echaran una mirada retrospectiva hacia la tierra. Una clase de luz que guarda afinidad con la esfera desde la que ella ahora puede actuar, desde el arco etérico alrededor de la tierra. Ante la pregunta: “¿Liane, esto es la 4º clase de luz que pintas, cuántas existen posiblemente?” Ella contestó:”Por lo menos 5…”

En 1986 Liane quiso disolver el grupo de pintores Magenta… comentando:”Ya pasé suficiente tiempo con Uds.; pueden seguir trabajando solos. “En una charla íntima con su alumna de más antigüedad aún con vida, Toni Bernet Kempers-Lievegoed, ella reconoció que un impulso como el del grupo “Magenta” pertenece a futuro y jamás puede ser disuelto.

Liane se retiró para ahorra fuerzas para su nueva tarea, la terapia a través de la luz y oscuridad, y agregó:”Magenta fue, es y será la base. ¡Yo soy miembro del impulso Magenta! ¡Pero para las terapeutas soy la maestra!”

Aun hasta el final de su cuerpo físico, su donkey-body (su cuerpo burro), como ella muchas veces le decía, trabajó esta individualidad espiritual tan rica, dotada de un humor increíble profundamente cristiana sirviendo llena de amor al mundo espiritual y a la humanidad, aconsejando –en especial a aparentemente sin cansancio, llena de interés y con la más alta espiritualidad.

En sus últimas obras la fuerza casi no disminuyó. Solamente disminuyó el tamaño de sus acuarelas. Tampoco disminuyó la lista de pedidos para sus obras. Casi nunca se quedaban obras con ella, nunca había suficientes para mostrar. Ó ya se habían ido ó eran nuevos encargos. Aún existen muchas “litlle stories “, pequeñas historias de cómo algunas personas se encontraron con determinadas obras. Ella lo comentó así: “Si, es el ángel de este hombre que le manda a él.” Esta experiencia también la hice yo. Un día, después de una caminada que hicimos juntas me quería mostrar una obra reciñen terminada. Ya estaba atardeciendo. Mirando la obra con gran sorpresa se desprendieron de la imagen dos figuras, el alma humana y su ángel. Surgió una profundidad inmensa en la imagen como superficies separadas por el espacio. Dejó rastros profundos en mi alma, EN LA REGIÓN DEL PECHO. Tres días más tarde le comenté: si era capaz de pintar, yo lo podía hacer a raíz de esta impresión. “Si, pero querida, ya está vendida y va ser mandada a Inglaterra”. Liane mencionó y lo sabía. Ya me lo había comentado.

Cuatro meses más tarde me preguntó: “¿Aún recuerdas la obra “man and ángel?” La mandaron de vuelta porque les pareció demasiado grande. De verdad digo yo esto era destinado a mí. Y Liane comentó: “Si, así estas cosas siempre terminan.”

Solamente los alumnos o amigos podían organizar sus exposiciones. A pesar del esfuerzo y la escasez de sus cuadros, no los quería en posesión propia. Así es que fue una gran alegría cuando en ocasión de su 90 cumpleaños en diciembre 1997, por primera vez en su vida fueron expuestas en el Goetheanum algunas obras tardías –esto gracias a la Dra. Michaela Glöckler de la selección de medicina. Así también en las consecutivas noches santas 1997/98 y 1998/99 y más tarde 1999/2000 en la clínica Fr. Husemann en Buchenbach.

Con gran agradecimiento podemos echar una mirada retrospectiva sobre todo lo que Liane Collot d´Herbois nos dejó como fruto de su trabajo durante toda su vida. Dejó rastros imborrables en esta vida terrenal. Agradeció que en su vida, no fuera demasiado conocida como artista, pero sí se consideró como una “workwoman”, mujer de trabajo, para el mundo espiritual. Ella comentó: “Ser una persona de fama es la tentación más grande para un artista.”
Bea H.W. van der Steen Lindenstr. 3 79877 Friedenweiler Alemania